Si eres pequeño, alégrate;
porque tu pequeñez sirve de contraste
a otros en el universo;
porque esa pequeñez constituye
la razón esencial de su grandeza;
porque para ser ellos grandes,
han necesitado que tú seas pequeño,
como la montaña para culminar
necesita alzarse entre colinas, lomas y cerros.
Si eres grande, alégrate;
porque lo inevitable se manifestó
en tí de manera más excelente,
porque eres un éxito del artista eterno.
Si eres sano, alégrate;
porque en tí las fuerzas de la naturaleza han
llegado a la ponderación y a la armonía.
Si eres enfermo, alégrate;
porque luchan en tu organismo fuerzas
contrarias que acaso buscan una resultante
de belleza porque en tí se ensaya ese divino
alquimista que se llama dolor.
Si eres rico, alégrate;
por toda la fuerza que el Destino ha
puesto en tus manos para que la derrames....
Si eres pobre, alégrate;
porque tus alas serán más ligeras;
porque la vida te sujetará menos;
porque el Padre realizará en tí más
directamente que en el rico el amable
prodigio períodico del pan cotidiano....
Alégrate si amas;
porque eres más semejante
a Dios que los otros.
Alégrate si eres amado;
porque hay en esto una
predestinación maravillosa.
Alégrate si eres pequeño,
alégrate si eres grande;
alégrate si tienes salud,
alégrate si la has perdido,
alégrate si eres rico,
alégrate si eres pobre,
alégrate si te aman,
alégrate si amas,
¡
alégrate; alégrate;
siempre, siempre, siempre.!
Autor : Amado Nervo.